Viacamp

Castillo del s. XI

La primera imagen que acude a nuestra mente al citar Viacamp es la de su torre cilíndrica culminando el cerro bajo en el que se asienta el casco urbano.

Un paisaje coronado por su impresionante torre que todos lo que recurrentemente circulan por la N-230 conocen perfectamente, y aquellos que pasan por primera vez no pueden dejar de mirar esa silueta protectora. Un perfil en el horizonte de sobriedad y fortaleza, que reta el paso del tiempo de su situación privilegiada. Y eso es lo que debieron pensar los que construyeron esta torre, allá en el s-XI cuando escogieron este lugar con unas inmejorables vistas hacia cada uno de los cuatro puntos cardinales. Si querían protección, este era el mejor lugar.

La principal función de esta atalaya era defender el territorio frente a los musulmanes. De hecho sus cuatro plantas disponen de medidas para impedir el asalto. Por ejemplo, las dos pirmeras eran totalmente ciegas y se accedía en altura, como lo hacemos actualmente tras las obras de acondicionamiento. En la planta de acceso, como curiosidad y para saber un poco más de como era el día a día en esta fortaleza, encontramos la letrina que evacuaba al exterior

En la tercera planta sólo hay tres aspilleras, que dificultaban la entrada de proyectiles, mientras en la planta superior era la que más características disponía para la defensa: desde unos matacanes y cadalsos de madera para la defensa exterior, hasta una hornacina en la que encontrar la protección divina en los momentos más difíciles.

Todos los agujeros que encontramos en el exterior nos pueden servir para entender como se levantaban este tipo de construcciones, ya que eran lo espacios en los que se insertaba el andamiaje.

Podemos continuar la visita al recinto, entrando en la Iglesia de San Esteban, junto al cementerio. Una iglesia que formaba parte del recinto, y que en época medieval estaba bajo la advocación de San Miguel. En la actualidad ha sido consolidada y restaurada para acoger un Centro de Interpretación dedicado a las Torres vigías de Ribagorza, con entrada gratuita y paneles interpretativos. El resto de la fortificación también es un lugar de paseo, salpicado de paneles interpretativos que nos describen y nombran todo lo que alcalza nuestra vista.

Sobre la historia del castillo, podemos indicar que la primera referencia documental la tenemos en 1062. Perteneció a los sucesores de Arnau Mir de Tost, posteriormente a la Baronía de Castro y en 1322 al Segundo Condado de Ribagorza. Tuvo también su imporantcia durante las guerras napoleónicas y la primera de las guerras carlistas.

¿Cómo llegar?

La torre defensiva de Viacamp se encuentra en la localidad del mismo nombre, perteneciente a Viacamp y Litera. Se puede llegar hasta los pies del recinto en un aparcamiento habilitado para ello, junto a la Iglesia de Nuestra Sra. de l'Obac, con interesantes restos medievales del s. XIII, como algunas partes de la portada o de algunos de sus muros. Desde el aparcamiento tomaremos un camino señalizado, y en alrededor de cinco minutos llegaremos a la explanada del recinto.